martes, 8 de mayo de 2007

CLODOMIRO GUEVARA VARGAS

Escribe: Blasco Bazán Vera

Clodomiro Magno Guevara Vargas, nació en Huamachuco el 15 de abril de 1898. Escribió usando el seudónimo de “Clomaggue”. Sus principales obras son: “Estampas Wamachukinas”, “Rayancimbas”, “Arias Jalkinas” y “Gajos de Ensueño”. Las tres primeras reaparecieron editadas en un solo volumen el año de 1981.

Clomaggue, como ha sucedido con muchos de nuestros literatos de la región liberteña, permanece conocido solamente para su tierra, fuera de ella es un perfecto desconocido. Este es uno de los motivos que me llevan a escribir este Rescate Literario. La tarea es ardua pero al fin obtendremos la satisfacción de que muchos hombres como el caso de Clomaggue, no queden sumergidos en el olvido.

Sus primeros años los pasó estudiando en su antiguo Centro Escolar de Varones 261 de su tierra natal y la secundaria en el Colegio Nacional “San Nicolás”, destacando por su capacidad intelectual, llegando años más tarde a ser docente del mismo plantel.

De Huamachuco pasó a radicarse en la hacienda Cartavio donde impulsado por su afán de justicia y bien, fundó el periódico “Grito de Redención” de estilo peleador y combativo. Después de realizar una fecunda labor cultural, intelectual y periodística, regresa a su tierra cargado de emoción social. El Apra y su legado histórico habíanle conquistado. Esto le trajo los sinsabores de siempre: Persecución y cárcel que pagó componiendo bellos versos de profunda admiración. El aprecio de sus contemporáneos lo convirtieron en alcalde de su ciudad al frente de la Junta Municipal Transitoria donde cumplió acertada labor.

Clomaggue, es el poeta que ama y canta a su terruño. En su libro “Estampas Wamachukinas” nos ofrece poemas cargados de pasión a la tierra que lo vio nacer. Hace una bella descripción de su pueblo serrano con tanta maestría que nos asombra su calidad artística, y, más aún, nos quedamos estupefactos al sentir que nuestros estudiantes jamás, poco o nada, conozcan sobre este autor capaz de sublimar y pulir con sus versos el espíritu del hombre. Sus poemas son una sinfonía de aprecio y candor. Son una clarinada de alerta para muchos escritores que desdeñando el lugar donde nacieron, jamás le cantan a sus pueblos con la inocencia, pureza y lealtad como canta este vate. Con que dulzura, se refiere, en el poema “Mi Kancha”, al maíz hecho cancha en el que notamos la facilidad con que desliza su admiración a este manjar de la naturaleza, presentándonos a un verdadero cultor de la poesía cuyas frases están rebosantes de simpatía, de tibieza fraterna, de amical confidencia. Guevara, con su poema titulado “Mi Kancha” de su libro “Rayancimbas”, nos estremece al convertir un simple cereal en una hermosa alegoría de amor. Disfrutemos una parte del poema:

MI KANCHA

Kancha, kancha, kancha dulce,
pan incario, pan silvestre,
recia trama de kushal.
Sinfonía dental de los arrieros,
de los pongos y zagales,
de los chaskis y faineros.
Kancha, kancha, kancha dulce,
campanada preventiva
de los rústicos yantares…

Transmito parte de este poema con la finalidad de avivar el amor hacia lo nativo, hacia lo nuestro y así comprender cómo exaltan los hombres a su riqueza natural. Cómo los pueblos cantan a sus frutos con tanta afecto y cómo alaban su grandeza. Pero, este cantor andino como fue Clomaggue, sólo es conocido en su pueblo. Los editores y buscadores de libros se anidan en “Lima la horrible” al decir de Salazar Bondy y cantan lo que les llega a sus manos convirtiendo en escritores a muchos que no se lo merecen. Jamás investigaron. Se quedaron quietos y amorfos en su Lima con sus “grandes” literatos sin recuperar a otros como el que hoy estamos dando a conocer.

Guevara Vargas y su libro “Estampas Wamachukinas”, nos recrea de veras y traslada el ande fijándolo en nuestra retina. Canta a sus mejores hombres, a sus escuelas, iglesias, a las fiestas religiosas y su primero de mayo; a su campiña y como no podía faltar, canta a su madre a quien le dedica un tierno poema que identifica la azarosa vida que vivió el poeta. Pero, este canto a su madre, no es decadente y ni menos desgraciado. Es un canto filial, inmensamente apasionado y hasta podríamos decir, confidente y buscador de un perdón. Una estrofa delata el estado de ánimo de Guevara cuando le dice a su madre:

“... ¡Pobrecita, madre mía! en tu testa ya ha nevado/ Más. ¿Qué importa/ que en tu cúspide haya nieva/ si es tu pecho un volcán combustionado?... Eres víspera ya de una agonía/ Más, ¿quién sabe si mañana cerraré yo tu pupila o vos la mía?...”

En su otro libro “Rayancimbas” (1940), Clomaggue se le nota más cuajado. Sus versos son torrente de lucidez extrema. Asombra su manera de escribir. Detalla los pueblos con su gente y sus costumbres con tanta armonía, que, en verdad, reclama urgentemente que este escritor sea estudiado y conocido en toda su dimensión. Cada poema es un brochazo bello de palabras que se incrustan en nuestras venas y nos hacen leerlo con avidez pues sus palabras son penetrantes, incisivas, reverentes.

Clodomiro Guevara Vargas murió el 2 de julio de 1951 a poco tiempo de haber escrito sus libros “Arias Jalkinas” y “Gajos de Ensueño” dejándonos el sabroso recuerdo de sus versos cargados de firmeza y aplomo literario.

Aída Vidal Arias de Gamarra

Escribe: Blasco Bazán Vera
Aída Vidal Arias de Gamarra, nació en Pataz el 23 de agosto de 1912 en el distrito de Chilia. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en Lima. Desde pequeña tuvo afición por las letras y años más tarde los diarios La Industria de Trujillo y El Comercio, La Prensa y Expreso, de Lima, divulgaron la obra literaria de esta escritora patacina. Julio Galarreta González, poeta huamachuquino, designa a Vidal Arias como “una mujer de gran sensibilidad e inquietud intelectual”.

Aída Vidal fue casada con Armando Gamarra, nieto de don Abelardo Gamarra Rondo “El Tunante” y, como siempre, a la par de su honda sensibilidad poética, se le unió el panorama telúrico de su tierra a la que tanto amó como lo hicieron Carlos Guevara Bocanegra, Clodomiro Guevara Vargas, Néstor Gastañaduí y otros escritores del ande liberteño cuyos poemas están cargados de sabor del lar natal.

Aída Vidal gran parte de su vida la vivió en la hacienda “Almapara” de su propiedad, sita en Parcoy. Esta hacienda estuvo considerada hasta antes de la Reforma Agraria de 1969, como la hacienda más grande de ese lugar. Aída absorbió el aire de su terruño y el ambiente campesino que la rodeaba. Su hacienda fue sembrada por trigo, papas y ollucos y estuvo poblada de una gran cantidad de ganado lechero que pastaba a la sombra de una gran cantidad de árboles frutales que se podían contemplar desde las orillas del Marañón. Los naranjos, chirimoyos, manzanos y platanares, eran el deleite de esta escritora que así se alimentaba del suave aroma de los frutos que acrecentaban más su fina sensibilidad.

La amabilidad, cortesía, inteligencia, era el trinomio de cualidades morales que amparaban su persona. En su hacienda se dice que guardaba muchos apuntes originales sobre la historia de la vida administrativa y política de Parcoy así como la forma en que los españoles dividieron ese compartimiento. Su voz, suave, unas veces; pasó al tono ronco y expresivo cuando dramatizaba un acontecimiento. Gozó de muchas comodidades pues su hacienda era atendida en lo interno por gran cantidad de servidumbre como: Tejedoras, lecheras, hiladoras, cocineras, lavanderas, etc., que recibían por lo general el trato amable y delicado de nuestra escritora.

Su vida la pasó viajando entre Trujillo y Lima en compañía de sus 8 hijos. EL año de 1996 pocos meses de su muerte, sacó a luz un libro titulado “Mi Patria es muy linda se llama Perú” que lo dividió en seis partes: 1) Poemas dedicados a la Patria, 2) De carácter didáctico, 3) De historia, 4) De hogar y escuela, 5) Sobre el hombre y 6) Poemas que cantan a los pueblos donde sobresale el dedicado a Chilia, su lugar natal.
El ambiente en que desarrolló su personalidad, como decimos, llena de comodidades, no lo distanció del indio. Su alma creadora, de poeta auténtica, le hizo brotar bellos versos para el indio al que sin lugar a dudas comprendió gracias a la asentada sensibilidad que tenía en sí misma.

Aída Vidal Arias de Gamarra murió en Trujillo el 5 de mayo de 1996 y como dijo Humberto Miranda Loayza en el diario La Industria del 6 de junio de 1996. “Ha dejado de existir la escritora Aída Vidal Arias, quedando un vacío en las letras periodísticas y una profunda simpatía entre los que la conocimos; con su personalidad impregnada de inquietud poética y enamorada de la inmensa variedad geográfica, de sus silentes cumbres, de sus sonoros ríos, de sus campiñas y de los pueblos en general de las regiones andinas”.

HECTOR CENTURIÓN VALLEJO

Escribe: Blasco Bazán Vera
Héctor Centurión Vallejo, nació el 6 de abril de 1913 en el distrito de Jesús, Prov. de Cajamarca. Muy niño vino a radicar a Trujillo quedándose para toda la vida. Abogado, profesor, periodista, investigador de nuestra historia, político militante en las filas del APRA. Ha desempeñado la docencia en la escuela primaria, la secundaria y en la Universidad.

Como jurista, llegó a ser Vocal de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, luego su Presidente y también llegó a ser Presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales del Perú de 1985 a 1992.

Egresado del Instituto Pedagógico de Lima en la especialidad de Historia y Ciencias Sociales. Se graduó de abogado en 1944. Ha sido Presidente del Instituto Peruano-Venezolano de La Libertad (Trujillo), directivo del Instituto de Estudios Vallejianos de La Libertad y Vicepresidente de la Sociedad Bolivariana de Trujillo.

En el campo de las letras destaca su obra histórica “Esclavitud y Manumisión de los Negros en Trujillo”, relato histórico de siete capítulos donde Centurión con lujo de detalles nos relata el ingreso de negros esclavos en el Perú que se inicia con la Conquista y se reglamenta en la Colonia. Nos habla del noble acto de humanidad y desprendimiento por parte de los trujillanos respecto a la triste y desventurada vida de los negros esclavos. Por él, que de hecho también se ha basado en la obra de Fernando Casós Flores, volvemos a conocer la obra libertadora del trujillano Dr. Alfonso Gonzáles Pinillos, ilustre abogado, vocal y presidente de la Corte Superior de Justicia de La Libertad quien manumitó a sus esclavos negros aún antes que lo hiciera Castilla en el Perú. La Gesta de Gonzáles Pinillos está enlazada a la misma que realizó el otro trujillano Hipólito de Bracamonte quien también dio libertad a sus negros mediante escrito de puño y letra el 31 de marzo de 1746.

Por el libro de Centurión Vallejo podemos saber de cómo Gonzáles Pinillos enseñó a sus discípulos los derechos naturales, inalienables e invulnerables, como el derecho del hombre a nacer y permanecer libre; sostuvo con brillantez lo que significa vivir bajo los horrores de la esclavitud y dio el camino para conseguir la imperiosa necesidad de que ésta, la esclavitud, acabe en el Perú.

Estos capítulos de nuestra historia regional deben ser urgentemente rescatados para difundirse en las escuelas y universidades para asentar mucho más el sentido de Libertad que siempre embargó a nosotros los liberteños. Los diarios de ese entonces se ocuparon mucho de este acto trascendental. Por un lado el diario limeño “El Mensajero” al decir que el dar libertad a los esclavos desencadenaría una lucha social fue respondida por otro diario “El Comercio” quien en su editorial del 27 de diciembre de 1853 le refuta a “El Mensajero” diciéndole que lo efectuado es “una causa santa y ya triunfante, como es la total extinción de la esclavatura en el país…”. Héctor Centurión Vallejo, hombre sesudo, bonachón al extremo de soltar una sonora carcajada como también paralizar con su palabra y gesto la soberbia de algún intruso, no pudo escapar al llamado mágico de la poesía al editar su poemario de título “Poemas” dividido en tres partes: 1) Caballitos de Totora, 2) Cantos a los Muertos Gloriosos de Chan Chan y 3) Vivencias. donde cada parte lleva una exacta definición literaria. La primera es un homenaje a todo lo marino. Canta al amanecer marino; a las olas, redes, al regreso del caballo de totora de su faena, al soliloquio de los botes, al infaltable alcatraz y la suave pardela.

La segunda parte va dedicada a los mártires apristas que fueron fusilados en las ruinas de Chan Chan con motivo de la Revolución Aprista de 1932. Aquí Centurión se crece como un auténtico poeta y lanza poemas cargados de reflexión, de sentido épico y heroico. La tragedia de Chan Chan, cobra nitidez y bravura en la pluma de Héctor Centurión Vallejo.

La tercera parte del libro Poemas escrito allá por 1983 y divulgado en forma íntima lleva por nombre “Vivencias” donde Centurión Vallejo nos entrega otro manojo de poemas en los que aparte de los himnos al Centro Viejo cuya música la impuso el notable musicólogo Ernesto López Mindreau, sobresale el poema “El Jilguero y la Dama” que fue llevado a partitura musical de arreglo para canto del músico trujillano y concertista Javier Alva Reaño.

Otro de los libros que ha publicado Héctor Centurión Vallejo es “José Faustino Sánchez Carrión” (1975) en el que resalta las cualidades de nuestro héroe huamachuquino. Este incansable vate e historiador, falleció en Trujillo el año 2005 dejándonos un profundo pesar.

ISAAC BIANCHI FERNANDEZ DE MENDOZA

Este escritor, nació en Acope el año de 1870 del matrimonio de Elías Mansueto Bianchi e Isabel Fernádez de Mendoza. Estudió Derecho en la Universidad de San Marcos y años más tarde regentó la cátedra de Dererecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Trujillo. Fue Juez en Iquitos. Su espíritu de investigación le hizo viajar por Europa y América donde entabló amistad con el poeta Rubén Darío a quien le dedicaría años después el poema "Yo conocí a Darío" que fuera muy comentado por el docente Aparicio Castañeda Albites en 1942.

Como escritor usó del seudónimo: “Elías Baidiac y Cano”. Toda su obra la redactó bajo el título general de “CARAVANA DE ELEFANTES” que no viene a ser sino la suma de sus libros “Tu primera cana”, “El Sibarita”, “Semblanza histórica”, “Padre Nuestro”, “La Limosna”, “El Imbécil”, “Stambul”, “Sueños de opio”, “Yo conocí a Darío”, “En el silencio del retiro”, “La junta de los animales”, “Poema de oro”, “Revisión de algunos valores de la época actual”, “La mujer ideal”, “El sermón de la montaña”.

Como podemos observar, Bianchi ha sido prolífico en el campo de las letras. Pero, el pero de siempre... ¿Quién lo conoce? ¡nadie!. He aquí la importancia de rescatar nuestros valores literarios. De estudiarlos y encerrar sus obras en una biblioteca especial porque pasan los años, los siglos diríamos y esos libros quedarán perdidos en el recuerdo sin que nadie opte por reunirlos y darle valioso estudio y cuidado. Sus poemas son para leerlos con detenimiento porque en todos va implícito el aroma filosofal. En "El Imbécil" que según su autor "es un libro que estudia sico-sociológicamente a las tres cuartas partes de la humanidad, saca las conclusiones: a) La síntesis de un tipo social humano no puede hacerse justipreciadamente, aunque se conozca las cuatro quintas partes de la especie. b) Me pregunto: ¿Es la imbecilidad congénita con la naturaleza humana? Y me respondo: Se es, a veces, imbécil, como se está, a veces, enfermo. c) Si los extremos se tocan, ¿no será posible algún día que de la suprema idiotez salga la suprema sabiduría?".

Los libros de Bianchi llevan siempre un tinte filosófico. Aparte de “Junta de animales” donde emplea un estilo picaresco y hasta sarcástico sobre la Reforma Universitaria de este tiempo. Todos los demás siempre están enmarcados en el contemplar de la vida, interrogarse y responderse cuando escribe:
"......
Y lo formó:
de un zorrillo huilón,
de un zorro camastrón,
de un gato piamontés,
de un chancho inglés,
y, aunque parezca obtuso,
de un galgo ruso”
(De: Una Junta de animales)

Notamos, aunque no con la contundencia que el sarcasmo requiere, que en sus demás libros, la ternura y la filosofía van de la mano.

Dedicó sus escritos a sus amigos, a sus hijos, a la meditación. Bianchi escribió de todo y para todos. "En el silencio del retiro” poema escrito en 1955, conformado por cien cuartetos y que viene a ser el tomo VII de su obra general “Caravana de Elefantes" va dedicado al pensar del hombre, renovarse o vivir, concentración del pensamiento, reflejo de las artes, emoción y estética, evidencias, fe, esperanza, experiencia; y, como dice el mismo Bianchi,: "Este libro expresa conceptos simples e deas complejas”.

En 1955 publicó su libro “Padre Nuestro”, libro que con su “Sermón de la montaña” formaban el binomio del Tomo III de su obra general “Caravana de Elefantes”. “El Padre nuestro” fue dedicado a sus hijos a quienes les deja un recado de profunda espiritualidad. En él se interroga sobre Dios, el hombre y su relación con el universo, concluyendo que el hombre se comunica con ambos a través de la oración.

“Tu primera cana” viene a ser el tomo VII de su “Caravana de Elefantes” donde afirma que es un “estudio sociológico de un sentimiento universal, que es base de toda sociedad civilizada; que es la razón de ser de una existencia perfectible, y es, esencialmente, origen y finalidad de toda vida”. Otro libro de su obra general es el titulado “Anecdotario del Coronel Retirado” donde el elemento cómico de los personajes van acorde con la naturaleza de cada animal. Son cuatro fábulas por la que pasa este libro: La primera, se presenta la Junta de Animales y su presentación es desastrosa. Se incluye a los animales y sus descendientes. En la segunda fábula, se presentan nuevamente pero esta vez dando “palos de ciego” tanto los dirigentes como los dirigidos; en la tercera, el peso de la hazaña la soportó la caja de la universidad quien gerenciaba el "zoológico" y en la cuarta fábula los ratones se impusieron en astucia a los gatos pero sólo en pretensiones pues los ratones siguieron siendo tan o menos astutos que los felinos. Los diarios de Trujillo dieron cabida a diversos artículos que remitió el escritor ascopano.

En “Sueños de Opio” (1941) es una estampa de recuerdos de Stambul en que el poema XIX de su obra general “Caravana de Elefantes” nuestro escritor se enfrasca en un sueño diagonal y toma al personaje Garzón como interlocutor sobre quien dirige todo un interrogatorio que comienza solicitándole una “dosis fuera de lo común” para exaltarse lo suficiente y vivir recuerdos ya olvidados. Stambul es la ciudad centro de su elucubración poética a quien la ensalza; también canta al día, al mar, a la atmósfera, al sol, a la luna a quien compara como la sal del verdadero amor. Garzón, personaje de este poema, es el motivo sobre el cual Bianchi descarga preguntas y más preguntas que no puede responder. Es el convidado de piedra pero, a la vez, inteligentemente, Garzón, logra que sea el mismo poeta quien responda y cristalice con elevada fruición sus respuestas convirtiendo a “Sueños de Opio” un poema delicioso de leer. En su otro libro “Yo conocí a Darío” (1942) describe eufóricamente al vate nicaragüense. Claro, tratar a Darío, conocerle, luego describir esa amistad es una tarea titánica en la que se enfrasca Bianchi quien logra darnos en sentidas pinceladas la calidad humana que adornaba al vate. “Yo conocí a Darío” surge de la amistad que ambos entablaron cuando se conocieron en París.

Quien lea la extensa produccción de Isaac Bianchi conocerá de la trascendental calidad literaria con que observó todo lo que le rodeó y cuyo espíritu inquieto le llevó a escribir los tantos libros que salieron de su numen creador. Murió a los 85 años el 20 de mayo de1958 en el balneario Buenos Aires de Víctor Larco – Trujillo

Fernando Casós Flores

Escribe: Blasco Bazán Vera
Fernando Casós Flores nació en Trujillo el año 1828. Fue abogado, político, parlamentario, escritor y novelista. Diputado y Senador. Tomó parte activa en las luchas políticas de su tiempo y fue secretario en 1872 del Coronel Tomás Gutiérrez cuando éste y sus hermanos apresaron y asesinaron al Presidente José Balta. Culminada la dictadura de los Gutiérrez, Casós Flores fue desterrado a Europa donde se defendió de las acusaciones que le habían hecho en el Perú: Peculado. Estando en Europa escribió sus novelas “Los Amigos de Elena”, “Los hombres de bien”, “Los seis Coroneles”, “La Revolución de Julio de 1872”.

Este ilustre tribuno trujillano escribió sus obras bajo el seudónimo de “Segundo Pruvonena” donde descargó fuertes epítetos contra quienes le hicieron pasar ingratos momentos. Fue un brillante orador. Escribió entre 1850 a 1872 en “El Correo” donde satirizaba a sus personajes entre ellos al Coronel Buenaventura Seoane quien como respuesta al libro “Los Amigos de Elena” le replicó con un folleto titulado “Mica, la loca”.

Necesario es conocer que Casós aceptó ser Secretario General -algo así como Ministro de todas las carteras- de Tomás Gutiérrez, a fin de detener los impulsos vengativos y “suicidas” de Tomás Gutiérrez, según sus declaraciones vertidas antes y después de ser nombrado en el cargo. Ya en París comienza a preparar su defensa y la hace a través de las novelas “Los Amigos de Elena” y “Los hombres de bien” que a decir de Riva Agüero son “mediocres y escritas sin ingenio ni gusto. Lo único que se propuso el autor –dice- fue hacer su propia apología e insultar a sus enemigos... pero a pesar de todo estas novela mal compuestas, mal escritas y procaces merecen considerarse no sólo en la historia política sino en la Historia Literaria”.

Augusto Tamayo Vargas refiriéndose a Casós dice: “..., es tal vez inferior a Pérez Galdós, Mercedes Cabello, Ramón Meza, porque actor, más que autor, se dejó arrastrar por su propia obra política y creó máscaras y no hombres. No tenía la sutileza, ni la fuerza imaginativa de Alighieri para colocar bellamente en “el infierno” a sus enemigos”.

En “Los Amigos de Elena” observamos un panorama descriptivo de las costumbres de Trujillo incluso sus patios y conventos son descritos con sencillez. Casós Flores estudió en Seminario San Carlos y San Marcelo de Trujillo donde luchó incansablemente por la libertad de los negros y hasta se afirma que fue él quien redactó la proclama que usaron los negros esclavos del Valle Chicama en la rebelión de 1851 cuando invadieron y se adueñaron de la ciudad de Trujillo. Cursó sus estudios por más de 10 años en el Colegio Seminario con sobresaliente dedicación y éxito. Bebió las sabias enseñanzas de su maestro Dr. Alfonso Gonzáles Pinillos dueño de las haciendas Nepén y Cajanleque del Valle de Chicama (Trujillo-Perú) quien en 185l en un acto sin precedente y emulando lo que hizo en 1846 su amigo y maestro don Hipólito de Bracamanote, propietario de las haciendas Chicilín y Sausal, del mismo valle, dio libertad a sus negros esclavos adelantándose a lo que más tarde haría definitivamente Ramón Castilla.

Sin duda alguna nuestro distinguido escritor encontró la forma de desahogar sus inquietudes y por esos sus libros, aunque mal hilvanados como dicen algunos, no dejan de ser una pieza clave para ver hasta que punto la vena literaria del hombre, acorde con su fuerza heroica, se unen para encontrar en sus páginas el remanso donde volcar aflicciones. Vuelto al Perú en 1876 se encontró con la Guerra que Chile nos declarara y es allí donde Fernando Casós Flores lanzó un vibrante discurso que demoró casi 3 horas dando manifestación de sus consecuencias liberales. Sus hijos mueren en la contienda y él, atacado por el cáncer fallece el 17 de abril de 1881, según la partida de defunción hallada por el investigador Pablo Zafra Agreda, en la Parroquia de “Los Huérfanos de Lima”. A Fernando Casós Flores se le considera como el iniciador de la novela Política en el Perú.

martes, 1 de mayo de 2007

Ciclo de conferencias y debates sobre Literatura Regional en la UNT


Viernes, 27 abril 2007

Paredes Carbonell, Wellington Castillo y Blasco Bazán serán los expositores

Por Marco Chereque Pretel:

En la Universidad Nacional de Trujillo, el Movimiento IUS, a través del Centro de Investigación Literaria "Blasco Bazán Vera", el Círculo de Estudios y Crítica Literaria "José María Arguedas" y la Secretaría de Cultura del Centro Federado de Educación, a cargo de David Navarrete, se han consolidado en una alianza de tinta para revalorar la literatura regional.
Como inicio en esta titánica tarea se realizará una charla bajo el título: "La Literatura se Escrivive", el viernes 27 de abril, en el Teatrín de Derecho (1er piso), a las 5:30 p.m. (hora extranjera). Los invitados para éste primer evento son: Juan Paredes Carbonell, Wellington Castillo Sánchez y Blasco Bazán Vera, quienes nos hablarán sobre su experiencia como escritores.Esta Alianza tiene sus inicios en el Acuerdo Regional Nº 059-2006-CR/R-LL, del 16 de agosto del 2006, acuerdo que autoriza la fundación de la Primera Biblioteca Regional de Autores de La Libertad, propuesta formulada por el ex-gerente regional de desarrollo social: Blasco Bazán Vera. Asimismo, la Resolución de dicha gerencia Nº 003-2006-GRLL/GRDS, que autoriza a las Instituciones Educativas del Ámbito Regional, la implementación, difusión y enseñanza académica de la Literatura Regional, con carácter obligatorio y diversificado a los diferentes niveles de la Educación Básica Regular de la Región La Libertad. En tal sentido, los estudiantes darán inicio en el ámbito artístico literario a los Ciclos de Conferencia y Debate sobre la Literatura Regional. que no sólo tiene como función revalorar las tradiciones y costumbres propias de la Libertad, sino que además, como confesó David Navarrete, permitirá evaluar la manera de cómo han logrado partir de sus conflictos existenciales para vivificar y perennizar la condición humana.

P.D.: Los Eventos se realizarán a una vez por mes. Esten a atentos a nuestra próxima charla. Se promocionará en www.NoticiasTrujillo.com en la sección "Arte y Cultura" y en esta Web.

FUENTE: Noticias Trujillo
LINK:http://www.noticiastrujillo.com/index.php?option=com_content&task=view&id=19768&Itemid=60