Escribe: Blasco Bazán Vera.
Francisco Arturo Sandoval Bustamante, nació en Ascope el 29 de enero de 1900. Hijo de Álvaro Gabino Sandoval con Manuela Bustamante Castañeda. Cuando joven se le llamo Frank, su apellido es Sandoval, con la letra S más luego cambia ésta por la letra X y termina por conocérsele como Xandóval. Sus primeros años los vivió en casa que sus tíos tenían en la esquina de la calle Orbegoso, frente a la plazuela, Santa Ana de Trujillo. Con motivo de muerte de su hermana María Rosa, se trasladó a vivir en el segundo piso de la calle San Martín, adyacente a la actual Iglesia Santa Rosa. Cerca de él vivía Juan Espejo Asturrizaga con su hermana Rosina Espejo quien más tarde sería la esposa de Xandóval.
Sandoval fue otro componente del “Grupo Norte” y así como otros, llegado de su Ascope natal a Trujillo, a partir de 1915 él con otros intelectuales empiezan a reunirse en la “gorzoniere” de José Eulogio Garrido y hacerse notar en el plácido y quieto ambiente de Trujillo con su alboroto, sus fiestas campestres y los recitados en sus ágapes. Francisco Sandoval en aquella época era estudiante de colegio, pero el unirse al Grupo Trujillo, le valió ser fundador, el 23 de julio de 1917, de los SÁBADOS LITERARIOS que comenzó a editarse en el diario “La Reforma”, donde también colaboran Carmen Rosa Rivadeneyra, Felipe Alva, Federico Esquerre.
Orrego, nos da más luces sobre la aparición en el escenario literario, de Sandoval, cuando narra la aparición del núcleo inicial del “Grupo Trujillo”, “Bohemia” o “Norte” al decirnos: “Poco después, el núcleo se seleccionó y se amplió. Se incorporaron sucesivamente, en diversas etapas, César Vallejo, Alcides Spelucín, Macedonio de la Torre, José Eulogio Garrido, Víctor Raúl Haya de la Torre, Federico Esquerre, el poeta Oscar Imaña, Domingo Parra del Riego, Carlos Valderrama, Alfredo Rebaza, Juan Espejo Asturrizaga, el músico Daniel Hoyle, mucho mayor que nosotros, Francisco Sandoval...” .
Los escritos de Sandoval despertaron la admiración de sus amigos. Vallejo comentó al respecto: “Los versos de Xandóval son siempre patéticos y estremecidos, como cosa que se ama y se sufre”.
El año de 1922, Xandóval, residía en la calle Acequia Alta Nº 245 de Lima donde también vivían Crisólogo Quezada Campos y César Vallejo Mendoza. A esta casa se le “bautizó” como el “Consulado de Trujillo” pues se convirtió en sitio obligado de reuniones, especialmente por las noches como nos lo dice Juan Espejo: “En ella eran contertulios constantes, especialmente en las noches, Juan José Lora, Manuel Vásquez Díaz, Alfonso Sánchez Urteaga (Camilo Blas), Carlos Espejo Asturrizaga, Macedonio de la Torre, Víctor Raúl Haya de la Torre y su hermano Cucho y Carlos Manuel Cox, entre los viejos amigos de Trujillo...”.
Como puede observarse, la amistad intelectual que gozó Xandóval, paulatinamente le fueron incitando a escribir sus bellos libros “Canciones de Maya” (1941), el “Libro de las Paráfrasis” (1967), “Yana-Huáccar”. Este último lo terminó de escribir en 1944 y trata sobre la vida del milagroso clérigo Antonio de Saavedra y Leyva.
Su amistad con Vallejo le permitieron congraciarse algunas burlas de parte de ambos, a las que se unió Crisólogo Quezada Campos de quien Orrego admiraba su risa socarrona. Recordada es la broma que ambos jugaron a Vallejo cuando éste ya había entregado su obra (más luego llamada “Trilce”) a los talleres de impresión. Vallejo todavía no había determinado qué nombre llevaría el libro al que había titulado “Cráneos de Bronce” y así lo mandó imprimir. Pero Vallejo añoraba que se llamase con su propio nombre. Esta la disyuntiva lo confundía entre llamarle “Vallejito” diminutivo de Vallejo, que no le gustaba; o “Valle”, “Vallecito o “Vallón”, pero parece que a Vallejo, no se le cocinaba la final determinación. Entonces definió que su libro se llame “César Perú” y así comenzó a imprimirse. Crisólogo Quezada y Francisco Xandóval, compañeros de domicilio de César, le iniciaron, como narra Juan Espejo Asturrizaga, “una sorda campaña de bromas y burlas por este inesperado cambio de nombre y le recordaban que estaba imitando a D’Annunzio, Anatole France y otros. La campaña fue subiendo de tono sobre todo en el lenguaje duro y enérgico de Crisólogo que no despreciaba ocasión para zaherirlo. CesarVallejo, rindiéndose a las razones de lo ridículo del caso, decidió que su libro llevaría su propio nombre y Comisionó a Xandóval, quien corregía las pruebas, para hacer la sustitución respectiva...”
Xandóval, llamado “El Moro”, regresó dando a conocer que ya las primeras carillas del libro estaban impresas y que para cambiarlas o rehacerlas se necesitaban tres libras de pago adicional. Esto mortificó a Vallejo quien insistentemente comenzó a repetir las palabras “tres” pronunciando, tres, triss, triess, tril, trilss ¿trilce?, bueno dijo Vallejo el libro no llevaría mi nombre pero se llamará “TRILCE”, y así, nació Trilce.
Xandóval en Trujillo incursionó duro y parejo en el periodismo en calidad de miembro de la redacción del flamante diario “EL NORTE” cuyo primer número salió a luz el 1ro. de febrero de 1923. La redacción la compartió Xandóval al lado de Federico Esquerre, Juan Espejo Asturrizaga, Carlos Manuel Cox y Jorge Eugenio Castañeda Peralta.
Ha publicado los poemarios “El Libro de las Paráfrasis”, “Canciones de Maya , “Retornos” y la novela “Yana Huaccar”. “El Libro de las Paráfrasis”, que es un arreglo de poesías asiáticas, vertidas al frances, se imprimió por dos veces en 1967 y 1995 contando siempre con el decidido empuje de Teodoro Rivero Ayllón, depositario de las obras e intimidades de Xandóval.
Su “Canciones de Maya” (1941) fue comentado profusamente por la intelectualidad de América. Gabriela Mistral, Juana de Ibarburo, Álvaro Figueredo, Leopoldo Marechal, Carlos Alberto Fonseca: de Chile, Uruguay, Argentina y Perú, también comentaron elogiosamente la aparición de este libro.
Francisco Xandóval Bustamante falleció el 26 de noviembre de 1960 en la calle Colón número 925, Trujillo, donde residía.
Sandoval fue otro componente del “Grupo Norte” y así como otros, llegado de su Ascope natal a Trujillo, a partir de 1915 él con otros intelectuales empiezan a reunirse en la “gorzoniere” de José Eulogio Garrido y hacerse notar en el plácido y quieto ambiente de Trujillo con su alboroto, sus fiestas campestres y los recitados en sus ágapes. Francisco Sandoval en aquella época era estudiante de colegio, pero el unirse al Grupo Trujillo, le valió ser fundador, el 23 de julio de 1917, de los SÁBADOS LITERARIOS que comenzó a editarse en el diario “La Reforma”, donde también colaboran Carmen Rosa Rivadeneyra, Felipe Alva, Federico Esquerre.
Orrego, nos da más luces sobre la aparición en el escenario literario, de Sandoval, cuando narra la aparición del núcleo inicial del “Grupo Trujillo”, “Bohemia” o “Norte” al decirnos: “Poco después, el núcleo se seleccionó y se amplió. Se incorporaron sucesivamente, en diversas etapas, César Vallejo, Alcides Spelucín, Macedonio de la Torre, José Eulogio Garrido, Víctor Raúl Haya de la Torre, Federico Esquerre, el poeta Oscar Imaña, Domingo Parra del Riego, Carlos Valderrama, Alfredo Rebaza, Juan Espejo Asturrizaga, el músico Daniel Hoyle, mucho mayor que nosotros, Francisco Sandoval...” .
Los escritos de Sandoval despertaron la admiración de sus amigos. Vallejo comentó al respecto: “Los versos de Xandóval son siempre patéticos y estremecidos, como cosa que se ama y se sufre”.
El año de 1922, Xandóval, residía en la calle Acequia Alta Nº 245 de Lima donde también vivían Crisólogo Quezada Campos y César Vallejo Mendoza. A esta casa se le “bautizó” como el “Consulado de Trujillo” pues se convirtió en sitio obligado de reuniones, especialmente por las noches como nos lo dice Juan Espejo: “En ella eran contertulios constantes, especialmente en las noches, Juan José Lora, Manuel Vásquez Díaz, Alfonso Sánchez Urteaga (Camilo Blas), Carlos Espejo Asturrizaga, Macedonio de la Torre, Víctor Raúl Haya de la Torre y su hermano Cucho y Carlos Manuel Cox, entre los viejos amigos de Trujillo...”.
Como puede observarse, la amistad intelectual que gozó Xandóval, paulatinamente le fueron incitando a escribir sus bellos libros “Canciones de Maya” (1941), el “Libro de las Paráfrasis” (1967), “Yana-Huáccar”. Este último lo terminó de escribir en 1944 y trata sobre la vida del milagroso clérigo Antonio de Saavedra y Leyva.
Su amistad con Vallejo le permitieron congraciarse algunas burlas de parte de ambos, a las que se unió Crisólogo Quezada Campos de quien Orrego admiraba su risa socarrona. Recordada es la broma que ambos jugaron a Vallejo cuando éste ya había entregado su obra (más luego llamada “Trilce”) a los talleres de impresión. Vallejo todavía no había determinado qué nombre llevaría el libro al que había titulado “Cráneos de Bronce” y así lo mandó imprimir. Pero Vallejo añoraba que se llamase con su propio nombre. Esta la disyuntiva lo confundía entre llamarle “Vallejito” diminutivo de Vallejo, que no le gustaba; o “Valle”, “Vallecito o “Vallón”, pero parece que a Vallejo, no se le cocinaba la final determinación. Entonces definió que su libro se llame “César Perú” y así comenzó a imprimirse. Crisólogo Quezada y Francisco Xandóval, compañeros de domicilio de César, le iniciaron, como narra Juan Espejo Asturrizaga, “una sorda campaña de bromas y burlas por este inesperado cambio de nombre y le recordaban que estaba imitando a D’Annunzio, Anatole France y otros. La campaña fue subiendo de tono sobre todo en el lenguaje duro y enérgico de Crisólogo que no despreciaba ocasión para zaherirlo. CesarVallejo, rindiéndose a las razones de lo ridículo del caso, decidió que su libro llevaría su propio nombre y Comisionó a Xandóval, quien corregía las pruebas, para hacer la sustitución respectiva...”
Xandóval, llamado “El Moro”, regresó dando a conocer que ya las primeras carillas del libro estaban impresas y que para cambiarlas o rehacerlas se necesitaban tres libras de pago adicional. Esto mortificó a Vallejo quien insistentemente comenzó a repetir las palabras “tres” pronunciando, tres, triss, triess, tril, trilss ¿trilce?, bueno dijo Vallejo el libro no llevaría mi nombre pero se llamará “TRILCE”, y así, nació Trilce.
Xandóval en Trujillo incursionó duro y parejo en el periodismo en calidad de miembro de la redacción del flamante diario “EL NORTE” cuyo primer número salió a luz el 1ro. de febrero de 1923. La redacción la compartió Xandóval al lado de Federico Esquerre, Juan Espejo Asturrizaga, Carlos Manuel Cox y Jorge Eugenio Castañeda Peralta.
Ha publicado los poemarios “El Libro de las Paráfrasis”, “Canciones de Maya , “Retornos” y la novela “Yana Huaccar”. “El Libro de las Paráfrasis”, que es un arreglo de poesías asiáticas, vertidas al frances, se imprimió por dos veces en 1967 y 1995 contando siempre con el decidido empuje de Teodoro Rivero Ayllón, depositario de las obras e intimidades de Xandóval.
Su “Canciones de Maya” (1941) fue comentado profusamente por la intelectualidad de América. Gabriela Mistral, Juana de Ibarburo, Álvaro Figueredo, Leopoldo Marechal, Carlos Alberto Fonseca: de Chile, Uruguay, Argentina y Perú, también comentaron elogiosamente la aparición de este libro.
Francisco Xandóval Bustamante falleció el 26 de noviembre de 1960 en la calle Colón número 925, Trujillo, donde residía.
3 comentarios:
Así que de esa manera apareció en la mente de Vallejo el título de "Trilce" gracias a Xandóval. Buen dato para tener en cuenta.
tres, triz, triste, tristeza, tristitia, uufff vaya magos de la palabra los vallejo, xandóval, etc etc.
saludotes
Muchas gracias por el dato de Trilce. Hace unos días hemos leídoa Vallejo en una tertulia de Madrid y no sabiamos esto. Se lo couunicaré a mis compañeros.
Saludos
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